Ordovícico
El Ordovícico es la segunda etapa del Paleozoico. Comenzó hace unos 488 millones de años, con un descenso de las temperaturas al final del Cámbrico que provocó una gran extinción en los ecosistemas marinos (recuerda que en el Cámbrico no había seres vivos en tierra).
El Ordovícico es una etapa que puede caracterizarse por la transición de los organismos del agua a la tierra.
Características del terreno en el Ordovícico
La mayor parte de la tierra emergida estaba en un supercontinente del hemisferio sur llamado Gondwana, aunque había tres continentes más pequeños: Laurentia, Siberia y el Báltico.
Esta tierra que surgió era estéril, formada por desiertos y rocas. Con la aparición de las primeras plantas, la tierra empezó a enriquecerse en nutrientes y a cambiar de forma, dando lugar a un ecosistema rico en musgos a finales del Ordovícico y, a finales del Ordovícico, permitiendo la aparición de las primeras plantas con sistema vascular: los helechos.
Los niveles de oxígeno en la atmósfera aumentaron considerablemente, lo que más tarde permitió a los vertebrados desplazarse a tierra firme para colonizarla. Además, permitió que las plantas obtuvieran este oxígeno y lo utilizaran, ya que no sólo fotosintetizan y generan oxígeno, sino que también lo necesitan para obtener energía, lo que creó un ciclo positivo (más plantas dan más oxígeno, lo que permite que nuevas plantas sean más grandes y den más oxígeno).
En términos de días, duraban aproximadamente 21,2 horas. El planeta se ralentizaba y el año duraba unos 414 días.
Pasar del agua a la tierra
Los primeros organismos que colonizaron la Tierra no fueron animales, sino plantas. No plantas como coníferas, arbustos o grandes sauces, sino organismos fotosintéticos más pequeños que persisten hasta nuestros días, como líquenes y musgos. Estos organismos permitieron que la tierra seca arraigara y se llenara de nutrientes, permitiendo que millones de años después aparecieran los helechos y, con ellos, la aparición de las "primeras plantas verdaderas".
Así pues, tenemos un suelo seco y árido, caliente tras el deshielo, pero en el que han empezado a aparecer pequeñas concentraciones verdes en las rocas, líquenes y musgos antes mencionados.
En cuanto a los animales, aparecieron en tierra en dos etapas: primero los invertebrados y después los vertebrados. La transición a tierra firme tuvo lugar a finales del Ordovícico, aunque la mayoría de los restos de colonización terrestre datan de principios del Silúrico.
Los primeros indicios de vida terrestre se remontan al Ordovícico, y los artrópodos fueron los primeros en llegar a tierra firme. Esto fue posible porque disponían de una serie de branquias modificadas que ya podían captar el oxígeno atmosférico, pero no de la forma en que lo hacemos los vertebrados, sino introduciendo gases del entorno y obteniendo oxígeno de ahí.
Se cree que los vertebrados también podían encontrarse en tierra en esta fase, pero sólo momentáneamente, a diferencia de los artrópodos, que podían permanecer fuera del agua durante largos periodos de tiempo, pero sin independizarse de ella.
Sus cuerpos estaban formados por fuertes músculos que les permitían nadar contra la corriente, lo que hace dudar de si este cambio a pez fuerte tuvo lugar en mar abierto o en un paso a los ríos para luchar contra la corriente, como hacen los salmones actuales.
Es posible que sus cuerpos planos sobre el vientre les permitieran arrastrarse por playas o rocas blandas y musgosas durante varios metros, el tiempo suficiente para que sus branquias "contuvieran la respiración", ya que no estaban modificadas para captar el oxígeno atmosférico.
Animales del Ordovícico
La vida animal, durante el primer millón de años que el planeta albergó vida, estuvo gobernada por invertebrados. Aunque la vida animal seguía en el agua, los vertebrados empezaron a crecer, al igual que los invertebrados.
Entre los invertebrados se encontraban los escorpiones. Eran muy parecidos a los escorpiones actuales, con garras y una larga cola, y algunos de ellos tenían un aguijón venenoso, pero a diferencia de los actuales, los escorpiones del Ordovícico oscilaban entre 13 cm y casi 3 metros de longitud.
Estos escorpiones pertenecen al grupo de los Euriptéridos, y el mayor de ellos, perteneciente al periodo Ordovícico, era el Megalograptus, de casi 2 metros de longitud (el mayor es el Jaekelopterus, de 3 metros, pero perteneciente al Devónico).
En cuanto a la anatomía de los cordados, pueden identificarse cambios importantes.
En primer lugar, en cuanto al tamaño: pasamos de un pez de 2,5 cm, como Haikouichthys, a 20 cm, como Pterapsis, o 25 cm, como algunos Ostracodermos. Los ostracodermos fueron una serie de peces muy importante en el Ordovícico, porque empezaron a desarrollar un endoesqueleto óseo (y otros peces, no era exclusivo de los ostracodermos), pero tenían un cráneo óseo muy duro, que no estaba cubierto de escamas, lo que les daba un aspecto muy especial.
Como se ha demostrado, estos peces aún no tenían mandíbulas, pero ya eran muy parecidos a los peces actuales en cuanto a su anatomía, como las colas largas, las aletas pectorales y las escamas pequeñas.
El final del Ordovícico
El final del Ordovícico, hace unos 439 millones de años, se debió a una nueva glaciación, más rápida, pero que supuso una disminución del número de taxones animales. Entre ellos, los conodontos (una especie de peces parecidos a gusanos con dientes pero sin mandíbulas) perdieron un gran número de especies, pero las que sobrevivieron han llegado hasta nuestros días.
Artículos relacionados
Var putea interesa și